“Como punto de partida fundamental, es preciso recordar que el lenguaje no es un mero instrumento de comunicación: es un cimiento solidario, una visión del mundo que nos conduce a lo más íntimo y precioso de nosotros. Aun amenazado y acorralado por los mercaderes de opio que se multiplican por el planeta, es un don y un bien inalienable que está siempre disponible y abierto a nuestra voluntad de rescate y de restitución.
"El país que nos habla" de Ivonne Bordelois. 2005
Mucho se ha dicho y estudiado sobre los orígenes del Tango. Pero todos reconocen sus "humildes" comienzos, pues se lo tocaba y bailaba en prostíbulos y arrabales.
Y aquí me detengo hoy: en esa concepción de "Arrabal".
"El país que nos habla" de Ivonne Bordelois. 2005
Mucho se ha dicho y estudiado sobre los orígenes del Tango. Pero todos reconocen sus "humildes" comienzos, pues se lo tocaba y bailaba en prostíbulos y arrabales.
Y aquí me detengo hoy: en esa concepción de "Arrabal".
Buscando significados de distintas fuentes encontramos una variada lista de definiciones. Barrio de extramuros donde alguien canta o baila un tango, es una de ellas. La REA propone tres: "Barrio fuera del recinto de la población a que pertenece"; "Cada uno de los sitios extremos de una población"; "Población anexa a otra mayor".
Y entre sus sinónimos encontramos: "suburbio, afueras, alrededores, periferia". Y su antónimo, "centro" (quizás es el que más lo define por oposición).
Queda tal vez una duda centrada en si es parte de un límite y por ende "orilla" perteneciente a ese centro, o lo que está "afuera" de esos límites urbanos. También podemos bucear significados en otros idiomas, como vorstadt (alemán), suburbs (inglés) o faubourg (francés) que indican en sentido amplio, "alrededores".
Pero el "real" sentido de ese ARRABAL, nos lo dan las letras de distintos tangos, que han aludido una y otra vez a esa zona, que escapa de lo geográfico para alcanzar una connotación más rica y abarcadora.
En "Flor del arrabal", milonga de Luis Riccardi, queda asentada la idea del origen del género:"La milonga de ayer/Que mi raza cantó,/Y mi pueblo adoptó/Con cariño y placer;/Del arrabal se vino/Con su canto y su donaire,/Conquistando a Buenos Aires/
Con su ritmo sin igual".
En "La canción de Buenos Aires", 1933, lo reitera Manuel Romero: “Este es el tango, canción de Buenos Aires,/ nacida en el suburbio /que hoy reina en todo el mundo". Y lo mismo encontramos en "Nobleza de arrabal" de Juan Andrés Caruso: "Naciste en el suburbio/Y entre tangos dormilones,/Enredaron corazones/Tus vestidos de percal. /
Y al compás del organito/Que tangueaba en las orillas,/Bailaban en zapatillas/Los tauras del arrabal".
En un paseo breve por los tangos y autores (porque el tema da para mucho más), comencemos por el uso social que le da ya en 1919 Celdonio Flores en "Margot": "Se te embroca desde lejos, / pelandruna abacanada, / que has nacido en la miseria / de un convento de arrabal..."
O en "Mala entraña", de 1927, oponiendo la calle Florida (centro, lujo) al arrabal, donde el protagonista se comporta como si fuera rico, en un contexto social humilde: "Mezcla rara de magnate nacido entre el sabalaje / vos sos la calle Florida que se vino al arrabal".
También en "El ciruja" de T. A. Marino, 1926, se marca la relación pobreza-arrabal “como con bronca y junando, de rabo de ojo a un costado, sus pasos ha encaminado, derecho p´al arrabal”.
En "Arrabal Amargo", Alfredo Le Pera lo adjetiviza definiendo toda una concepción: "metido en mi vida como la condena de una maldición/tu nombre tortura mis horas de sueño/tu noche se encierra/en mi corazón". Pero esa idea de amargura está unida al recuerdo de un amor, y así al final de los versos, la nostalgia y el cariño retornan al evocarlos a ambos: " y cómo de nuevo/alivia tus penas/ vestido de fiesta/ mi viejo arrabal".
Otra caracterización del arrabal está unida al barro: "Las ruedas embarradas del último organito / vendrán desde la tarde buscando el arrabal..." , "El último organito," de Homero Manzi, 1948. Y en "El Choclo" de Enrique S. Discépolo, con la letra agregada 1947 "...salió del sórdido barrial / buscando el cielo... / ...luna en los charcos, / canyengue en las caderas..." . Como así también en "Puente Alsina" de Benjamín Tagle Lara, 1926: "...rodé por los lodos de aquel arrabal..." .
Pero el "real" sentido de ese ARRABAL, nos lo dan las letras de distintos tangos, que han aludido una y otra vez a esa zona, que escapa de lo geográfico para alcanzar una connotación más rica y abarcadora.
En "Flor del arrabal", milonga de Luis Riccardi, queda asentada la idea del origen del género:"La milonga de ayer/Que mi raza cantó,/Y mi pueblo adoptó/Con cariño y placer;/Del arrabal se vino/Con su canto y su donaire,/Conquistando a Buenos Aires/
Con su ritmo sin igual".
En "La canción de Buenos Aires", 1933, lo reitera Manuel Romero: “Este es el tango, canción de Buenos Aires,/ nacida en el suburbio /que hoy reina en todo el mundo". Y lo mismo encontramos en "Nobleza de arrabal" de Juan Andrés Caruso: "Naciste en el suburbio/Y entre tangos dormilones,/Enredaron corazones/Tus vestidos de percal. /
Y al compás del organito/Que tangueaba en las orillas,/Bailaban en zapatillas/Los tauras del arrabal".
En un paseo breve por los tangos y autores (porque el tema da para mucho más), comencemos por el uso social que le da ya en 1919 Celdonio Flores en "Margot": "Se te embroca desde lejos, / pelandruna abacanada, / que has nacido en la miseria / de un convento de arrabal..."
O en "Mala entraña", de 1927, oponiendo la calle Florida (centro, lujo) al arrabal, donde el protagonista se comporta como si fuera rico, en un contexto social humilde: "Mezcla rara de magnate nacido entre el sabalaje / vos sos la calle Florida que se vino al arrabal".
También en "El ciruja" de T. A. Marino, 1926, se marca la relación pobreza-arrabal “como con bronca y junando, de rabo de ojo a un costado, sus pasos ha encaminado, derecho p´al arrabal”.
En "Arrabal Amargo", Alfredo Le Pera lo adjetiviza definiendo toda una concepción: "metido en mi vida como la condena de una maldición/tu nombre tortura mis horas de sueño/tu noche se encierra/en mi corazón". Pero esa idea de amargura está unida al recuerdo de un amor, y así al final de los versos, la nostalgia y el cariño retornan al evocarlos a ambos: " y cómo de nuevo/alivia tus penas/ vestido de fiesta/ mi viejo arrabal".
Otra caracterización del arrabal está unida al barro: "Las ruedas embarradas del último organito / vendrán desde la tarde buscando el arrabal..." , "El último organito," de Homero Manzi, 1948. Y en "El Choclo" de Enrique S. Discépolo, con la letra agregada 1947 "...salió del sórdido barrial / buscando el cielo... / ...luna en los charcos, / canyengue en las caderas..." . Como así también en "Puente Alsina" de Benjamín Tagle Lara, 1926: "...rodé por los lodos de aquel arrabal..." .
El barro es tomado aquí como el punto más bajo de la escala social, al que se puede caer, o desde el cual se puede ascender socialmente.
Por otra parte, la nostalgia de ese barro nos habla de la reglamentación de pavimentación, que lo hace desaparecer, y con él, todo un pasado añorado. Como se menciona en el mismo tango de Tagle Lara: "...borró el asfaltado de una manotada / la vieja barriada que me vio nacer...".
Por otra parte, la nostalgia de ese barro nos habla de la reglamentación de pavimentación, que lo hace desaparecer, y con él, todo un pasado añorado. Como se menciona en el mismo tango de Tagle Lara: "...borró el asfaltado de una manotada / la vieja barriada que me vio nacer...".
En "Farol", de Homero Expósito, 1943, la referencia es del arrabal industrial y de fábricas: "Un arrabal con casas que reflejan su dolor de lata... / ...un arrabal obrero... / ...allí conversa el cielo / con los sueños de un millón de obreros..."
La idea de pared, límite o sostén, es mencionada en dos inolvidables tangos: "Sur", de Homero Manzi, 1948: "Sur...Paredón y después/Sur...Una luz de almacén". Y en "Madreselva", de Luis C. Amadori, 1931: "Vieja pared del arrabal / tu sombra fue mi compañera..."
Y el arrabal como sitio donde confluyen un pasado de esperanzas, sueños rotos, amores juveniles, o perdida ilusión. Y he aquí una variada lista. Alfredo Le Pera en "Mi Buenos Aires querido", 1934: "La ventanita de mis calles de arrabal,/ donde sonríe una muchachita en flor…". "Bandoneón arrabalero" de Pascual Contursi, 1928: “Bandoneón arrabalero, viejo fueye desinflado, te encontré como un pebete que la madre abandonó”. "Anclao en París", de E. Cadicamo, 1930: “ Cómo habrá cambiado tu calle Corrientes, Suipacha, Esmeralda, tu mismo arrabal”. "Ventanita de arrabal", de Pascual Contursi, 1927: “Ventanita del cotorro, donde sólo hay flores secas. Vos también abandonada de aquel día… se quedó. El rocío de tus ojos, las garúas de la ausencia, con el dolor de un suspiro tu tronquito destrozó".
Y el arrabal como sitio donde confluyen un pasado de esperanzas, sueños rotos, amores juveniles, o perdida ilusión. Y he aquí una variada lista. Alfredo Le Pera en "Mi Buenos Aires querido", 1934: "La ventanita de mis calles de arrabal,/ donde sonríe una muchachita en flor…". "Bandoneón arrabalero" de Pascual Contursi, 1928: “Bandoneón arrabalero, viejo fueye desinflado, te encontré como un pebete que la madre abandonó”. "Anclao en París", de E. Cadicamo, 1930: “ Cómo habrá cambiado tu calle Corrientes, Suipacha, Esmeralda, tu mismo arrabal”. "Ventanita de arrabal", de Pascual Contursi, 1927: “Ventanita del cotorro, donde sólo hay flores secas. Vos también abandonada de aquel día… se quedó. El rocío de tus ojos, las garúas de la ausencia, con el dolor de un suspiro tu tronquito destrozó".
Y es en "Melodía de arrabal" de Alfredo Le Pera y M. Battistella, 1932, donde asoma en su máxima expresión, esa nostálgica mirada hacia el lugar geográfico :"Barrio... Barrio.../Que tenés el alma inquieta/De un gorrión sentimental./Penas... Ruego.../Es todo el barrio malevo/Melodía de arrabal./Viejo... barrio.../Perdoná si al evocarte/Se me pianta un lagrimón,/Que al rodar en tu empedrao/Es un beso prolongao/Que te da mi corazón.
Seguramente habrá muchos otros ejemplos que ampliarían este breve recorrido por el arrabal cantado en el tango. Propuse hoy este disparador de lo que significa ese término contextualizado, y que ustedes podrán enriquecer con otras y variadas interpretaciones propias. Pero siempre, como planteo en la introducción, no nos podemos quedar con la definición, sino buscar y ahondar en la connotación.
Por eso dejé para el final, las palabras de alguien que, más allá de sus capacidades indiscutibles de gran escritor, supo observar, investigar e introducirse en este mundo maravilloso y complejo que son las palabras.
Jorge Luis Borges, en "El idioma de los argentinos", ensayo publicado en 1952, decía lo siguiente a propósito del Arrabal.
"No hay quien no sienta que el arrabal es de carácter más económico que geográfico. Arrabal es todo conventillo del Centro. Arrabal es la esquina última de Uriburu, con el paredón final de la Recoleta y los compadritos amargos en un portón, y ese desvalido almacén y la blanquecina hilera de casas bajas, en calmosa esperanza, ignoro si de la revolución social o de un organito. Arrabal son esos huecos barrios vacíos en que suele desordenarse Buenos Aires por el oeste y donde la bandera colorada de los remates va descubriendo América. Arrabal es el rencor obrero en Parque Patricios y el razonamiento de ese rencor en diarios impúdicos. Arrabal es el bien plantado corralón, duro para morir, que persiste por Entre Ríos o por Las Heras, y la casita que no se anima a la calle y que detrás de un portón de madera oscura nos resplandece, orillada de un corredor y un patio con plantas. Arrabal es el arrinconado bajo de Núñez con las habitaciones de zinc, y con los puentecitos de tabla sobre el agua deleznada de los zanjones, y con el carro de las varas al aire en el callejón. Arrabal es demasiados contrastes para que su voz no cambie nunca".
"No hay quien no sienta que el arrabal es de carácter más económico que geográfico. Arrabal es todo conventillo del Centro. Arrabal es la esquina última de Uriburu, con el paredón final de la Recoleta y los compadritos amargos en un portón, y ese desvalido almacén y la blanquecina hilera de casas bajas, en calmosa esperanza, ignoro si de la revolución social o de un organito. Arrabal son esos huecos barrios vacíos en que suele desordenarse Buenos Aires por el oeste y donde la bandera colorada de los remates va descubriendo América. Arrabal es el rencor obrero en Parque Patricios y el razonamiento de ese rencor en diarios impúdicos. Arrabal es el bien plantado corralón, duro para morir, que persiste por Entre Ríos o por Las Heras, y la casita que no se anima a la calle y que detrás de un portón de madera oscura nos resplandece, orillada de un corredor y un patio con plantas. Arrabal es el arrinconado bajo de Núñez con las habitaciones de zinc, y con los puentecitos de tabla sobre el agua deleznada de los zanjones, y con el carro de las varas al aire en el callejón. Arrabal es demasiados contrastes para que su voz no cambie nunca".
Por Mónica Matar
Me encantò Moni...cuanto talento tenes linda!
ResponderEliminarTe felicito por este maravilloso blog!...
Jano
Gracias Jano!!!! Así dan ganas de seguir, y seguir haciendo esto... Realmente te agradezco el comentario, me hace muy bien!Cariños...
ResponderEliminarEsttimada Mónica:
ResponderEliminarTe invito a ver y escuchar mi versión de Melodía de arrabal al piano, aquí: Melodía de arrabal en piano
Grabado en el teatro de la universidad de Bremen, Alemania. Piano de cola de la marca Bösendorfer.
Cordialmente
Juan María Solare
pianista